
GINEBRA – La última de mis tareas dominicales fue la reparación de una de las puertas interiores de mi apartamento que fue construido por eso de 1913. Digo, por eso de, ya que esa es la fecha estampada en la fachada del edificio gemelo vecino.
Si bien hay un montón de edificios antiguos en Ginebra, el nuestro es probablemente uno de los pocos que quedaba hasta hace muy poco prácticamente intacto (para bien o para mal).
El estado original del edificio – en espíritu, no en su cuidado – fue uno de los argumentos que me convenció a alquilarlo cuando encontré el apartamento; es por eso que a sabiendas que eran ineficaces contra el frío y transparentes al ruido, entristecí al ver desmontar las ventanas de paneles sencillos que habían sido puestas hace 100 años.

Hasta hace cuatro años, el edificio contaba con habitaciones originales de lavado ubicadas en el grenier o ático. Hasta ese entonces quedaba una sala de lavado y una estufa vieja. Era un vedado de conejos de habitaciones independientes que contaban su historia a través de restos urbanos acumulados y abandonados durante 100 años de vivienda urbana.
A pesar de que a menudo pensé hacerlo, nunca llegué a documentar en imágenes el museo viviente que quedaba en el ático.
Lo único que rescaté, fue esta señal de latón, escrita en tinta roja y a mano en caligrafía perfecta, que tomé hace dos años antes de que las habitaciones del ático se convirtieran en dos nuevos apartamentos.

Hoy, el fantasma de los obreros de antaño me visitó de manera accidental.
Mientras reparaba la puerta, una grieta de bisagras intercaladas que se mantenían selladas «invisiblemente» entre los paneles, puso al descubierto un clavo de acabado de cabeza plana
No fue hasta cuando removí el clavo para reemplazarlo con un tornillo de madera que me di cuenta que la puerta había permanecido intacta durante 100 años.

Fue allí cuando nuevamente me enamoré de mi apartamento.
EN 1913 EPOCA EDUARDIANA EN INGLATERRA YA POR ENTONCES LOS SUIZOS TRABAJABAN CON ONRADEZ ,, SI OCURRE EN ESPAÑA ESTARIA DERRUIDA ACE 50 AÑOS PARA ESPECULAR LAS INMOVILIARIAS
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