
GINEBRA, Suiza – El acusado de dos homicidios a «sangre fría» pasará el resto de su vida en una prisión, eso decidió el Tribunal de Ginebra en una de las pocas convicciones a cadena perpetua dadas en el cantón.
El hombre descrito únicamente como portugués de 40 años de edad (su identidad no puede ser revelada bajo ley suiza), cometió uno de los crímenes en 1999 en Ginebra, dándole 47 puñaladas a su víctima, descrito como un taxista gay. El homicidio jamás fue resuelto hasta que el supuesto asesino mató a otro hombre a golpes de porra en 2006 en Luxemburgo donde fue arrestado.
Allí las autoridades vieron que su ADN era el mismo que el que se había encontrado en Ginebra siete años antes. Según las autoridades, en el 99 el hombre se cuidó de borrar toda evidencia de su presencia en la casa de la víctima, pero no logró deshacerse de un par de colillas de cigarrillo impregnadas de ADN que quedaron atoradas en un sifón de la residencia de la víctima.
Extraditado a Ginebra el hombre ha siempre negado ser un asesino en serie o ser gay. El acusado se dice víctima de intento de violación y haber actuado en defensa propia.
El juez en el caso no creyó en los argumentos del acusado y le dio la pena máxima. En Luxemburgo le espera otra cadena de 25 años por el segundo homicidio.
Las víctimas eran también portugueses de unos 10 años mayor que el acusado.
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